miércoles, 5 de marzo de 2008

CAVILACIONES MUNDANAS III: Sobre política y economía local, regional y mundial

I. Al enterarme que existían en el Gobierno Regional de Loreto más de 100 millones de soles sin que pudieran ser gastados y/o invertidos durante este ejercicio a pesar de las apremiantes necesidades de trabajo y de inversión, no puedo más que reírme como consecuencia de la activación de mi ya preconcebido antídoto a la molestia que naturalmente me causan tal y otras situaciones semejantes. Si no existe en la región la voluntad o el personal idóneo que diseñe y planifique los proyectos productivos y de inversión en infraestructura requeridos, se debe usar el dinero que para ello existe en contratar a quienes, aunque siendo de otros lugares, serían tal vez los más idóneos para hacerlo.

II. Aquella ley dada en el Perú para prohibir a toda persona con procesos judiciales pendientes presentarse como postulante a algún cargo público (alcaldes, regidores, presidentes, congresistas, consejeros, etc.), debería extenderse y estipular también que no puedan presentarse de por vida quienes por haber trabajado en la administración pública y aún en la actividad privada, tengan no sólo asuntos pendientes sino que incluso ya hayan pagado por ello; de ser hoy ello ya una realidad muchas de las actuales autoridades no estarían nuevamente en el poder, no estarían volviendo a amamantar de los “beneficios intrínsecos” a muchos de tales cargos y al mismo tiempo no perderíamos tiempo con elecciones que, por los riesgos intrínsecos a la elección de tales personajillos, pueden devenir hasta en inútiles.

III. El aparente proceder de muchas empresas trasnacionales y de organismos internacionales como el Banco Mundial, el FMI, el BID, etc. hacen que en muchos países en vías de desarrollo como el Perú, Venezuela, Brasil, Ecuador, Costa Rica, etc. exista una especie de animadversión hacia ellos. Ello está hoy siendo aprovechado por personajes como el “bolivariano” Hugo Chávez, quien al amparo del inmenso poder económico alcanzado por su país en virtud a los precios record del petróleo, quiere actuar como una especie de mecenas económico e incluso político de la región; lo cual no debería ser muy bien visto, teniendo en cuenta que existen ya probadas evidencias de que su país bajo su gobierno no es precisamente un ejemplo de convivencia ciudadana. La expectativa que sin embargo ha levantado su ya en marcha Banco del Sur entre la mayoría de países suramericanos aunque especialmente en Bolivia, Ecuador, Brasil y Argentina, extraña un poco porque a pesar de que se diga que en las principales decisiones que se tomen todos sus países miembros tendrán voz y voto por igual y no en partes proporcionales a lo que aporten, no será extraño que al final logre imponerse la voluntad de quien se cree y es en realidad su creador y será además el primer contribuyente del mismo: Venezuela y su Presidente, al amparo del ya referido poder económico basado en la ventajosa coyuntura en estos momentos existente en todo el mundo en torno al petróleo; lo que por otra parte revela la fragilidad en que se basa hoy la “seguridad económica” venezolana y, especialmente, la arrogancia de su romántico presidente. Expliquémoslo a continuación.

IV. Está demostrado que Venezuela es un país que junto a Arabia Saudita, Rusia, Irak, Irán, etc. poseen la mayor parte de las reservas mundiales de petróleo. Sin embargo, dada la actual situación ambiental y/o climática mundial no es ya innegable que la demanda de dicho combustible fósil con el tiempo disminuya; y porque también cada vez se dará mayor importancia a los biocombustibles (cuyo aporte sin embargo sólo a logrado reducir el 3% de CO2 a costa de casi duplicar el precio de los cereales, según informes recientes) y a nuevas fuentes energéticas basadas en la energía solar, eólica e incluso en la energía proporcionada por las olas del mar; sin descartar además a las centrales basadas en energía atómica, existentes hoy en número de 435 en todo el mundo (127 en América, 196 en Europa, 110 en Asia y 2 en África; estando 11 en construcción en Europa y Rusia, y otros tantos en el norte de África), y la cual sólo en España significa cerca del 20% de la energía existente. Es pues cuestión de tiempo de que en un futuro, aunque no inmediato, se produzca el final inexorable de todos aquellos países que basan su economía y/o desarrollo en el petróleo si es que no se orientan al desarrollo futuro de sectores alternativos; aspecto en el que está demostrado que el conocimiento, la tecnología, las instituciones transparentes y eficaces, el respecto a la ley y otras reglas de juego claras son determinantes, y en lo que ciertamente Venezuela no puede hoy presumir.

V. Me sorprendió hace poco el debate que en España se producía en torno al curso de Educación para la Ciudadanía que el gobierno del PSOE presidido por José L. R. Zapatero propuso sea dictado en todos los colegios de España. Me asombró porque detrás de por ejemplo la posición del principal partido opositor, el Partido Popular, existía mas que argumentos coherentes, posiciones y/o razones que en muchos casos me parecieron hasta inapropiadas dadas las actuales circunstancias; alegaban entre otras cosas que no puede quitarse a un padre la responsabilidad de educar a su hijo, algo que teniendo en cuenta la forma un tanto “a su aire” (a su manera) en que crecen hoy la mayoría de niños y adolescentes españoles, me parecía hasta risible; por parte del gobierno se informaba que el objetivo era el dar pautas de convivencia y respeto ciudadano. Lo cual me hizo recordar que en el Perú son ya más de dos décadas que se viene dictando un curso parecido con el nombre de Educación Cívica Patriótica, cuya implantación que yo recuerde no despertó tanta polémica; y por otra parte comprobar una vez más que el proceder político como el ciudadano en general no suele distar mucho entre países “ricos” y “pobres”, entre los llamados del “norte” y del “sur” (salvando las distancias –o peculiaridades- existentes en ambos lados). 

Artículo publicado en la Revista RIOMAR de Iquitos-Perú, en febrero de 2008.

Tributación y desarrollo en el Perú