(...), la sucia clase política, liberada al fin de la necesidad elemental de guardar una mínima compostura, nos aturde con un populismo y una demagogia que insultan la inteligencia, desentierran fantasmas olvidados y los agitan sin pudor, olvidando —o ignorando, iletrados como son— que todo eso ya ocurrió muchas veces en nuestra historia y nos llevó a lugares oscuros. (...)
Arturo Pérez Reverte
Evitar la corrupción. Imágen de ElIndignado653 vía Wikimedia Commons. |
A lo que hay que añadir el peligroso contexto delincuencial, la percepción casi permanente de crisis económica o hasta el fomento del malestar social a través del "trabajo" de agitadores no solo de izquierda, que pretenden convencer a manipulables o ignorantes con programas respaldados en ideologías desfasadas y/o actitudes extremas, a fragmentar todavía más la sociedad peruana como estuvo tras la Independencia de España en 1821, en el período previo a la Guerra del Pacífico a finales del siglo XIX, y más recientemente durante la peor época de violencia política de entre los años ochenta y noventa del siglo XX.
¿Qué llevó al Perú a dicha situación no obstante el crecimiento de su economía?
Deficiente y corrupta gestión pública peruana
Una explicación podemos encontrarla en el deseo de muchas autoridades políticas, de aprovechar el boom económico en las arcas públicas, no con el emprendimiento de infraestructuras públicas útiles o necesarias, sino a través de la construcción de muchas obras inviables o mal ejecutadas que tuvieron como resultado el despilfarro por mera estupidez, pero la hábil gestión de la corrupción que las caracteriza; y ejemplos de ello existen desde Moquegua a Piura, pasando por Cuzco, Lima o Loreto.
Algunas de las obras que Iquitos perdió
En Iquitos, capital de Loreto, está la tristemente célebre obra del alcantarillado tozudamente emprendida por el ex gobernador de Loreto ahora en prisión, Yván Vásquez V., cuya inversión final de casi mil millones de soles (entre expedientes, mano de obra, tubería y demás) están enterrados en las entrañas de la mayor ciudad de la selva del Perú como muestra de la ineptitud, la corrupción y hasta impunidad en la gestión pública peruana ante la sociedad en general y la Contraloría y los entes fiscales y judiciales en particular.
¿Se imaginan todo lo que se pudo haber realizado con esos S/. 1.000.000.000? Por ejemplo: modernización de las Avenidas Quiñones, Navarro Cáuper o La Marina; incluso pudo construirse un anillo vial por las afueras de Iquitos, dándole mayor aire de modernidad a la más importante ciudad de la selva peruana. Y lo que resulta lamentable, además, es que aún ahora siguen pagando por dicha "obra" todas las municipalidades provinciales y distritales de la región, sin haber tenido ninguna responsabilidad en su ejecución.
Política y sociedad peruana fragmentadas
Otra explicación de la situación descrita en los dos primeros párrafos puede ser el hecho de haber sido principalmente personajes de izquierda, los que manejaron la Comisión de la Verdad a inicios del siglo XXI en lugar de independientes o de distintas ideologías políticas para que tratasen de entender y explicar con objetividad y razonablemente a la población, el terrorismo de los últimos lustros para que no vuelva a repetirse.
Ello facilitó la liberación y hasta indemnización de confesos y prominentes delincuentes terroristas con incluso el patrocinio y respaldo de fueros judiciales internacionales, mientras se continúa judicializando a policías y militares peruanos, muchos de ellos verdaderos héroes de ese convulso período de la historia peruana.
No todo fue malo en el Gobierno de Alberto Fujimori
Entre tanto, empezó una animadversión contra todo lo que significa Fujimori, dado los evidentes casos de corrupción en el Gobierno de entre los años 1990 y 2000, en los que Vladimiro Montesinos fue gran protagonista; a pesar de que se trataron también de diez años de gestión gubernamental en los que casi se exterminó a los grupos terroristas y su ideología arcaica, y se sentaron las bases de la solidez de la economía peruana de los próximos años.
El problema de la corrupción en el Perú
Retomando el problema global de la corrupción, indaguemos de qué forma impide que el crecimiento económico de los últimos lustros sea palpable en un país como el Perú, donde significa la pérdida anual de más de 20.000 millones de soles. En efecto, según el Contralor, solo el año 2022 comprendió S/. 24.419,00 millones; parte importante del presupuesto de la República que terminó en los bolsillos de empresarios, autoridades, funcionarios y trabajadores estatales inescrupulosos que, así, financian generalmente casas, autos, viajes, alcohol, múltiples parejas, entre otros vicios que no podrían pagar con un sueldo normal o legal.
Perjudicándose de este modo a la mayoría de la población con colegios mal o nunca concluidos, hospitales paralizados (como en Cuzco o Iquitos), carencia de carreteras rurales y otras infraestructuras que propenderían al fomento de empresas y al comercio de productos y servicios y, con ello, al bienestar general y el desarrollo del Perú.
La comisión ilegal en la gestión pública peruana
Son múltiples las formas en que el dinero de todos, termina beneficiando ilegalmente a unos pocos. Por ejemplo, es común que funcionarios, simples trabajadores y hasta autoridades estatales se ofrezcan para "viabilizar" una propuesta o proyecto, o posteriormente como apoyo en la gestión de su pago, a cambio de una "comisión" que linda muchas veces con el chantaje o el mero robo.
De dicha manera, se equiparan a los delincuentes que piden y hasta exigen con amenazas o muertes consumadas, el pago de "incentivos" o cupos a personas con ideas innovadoras o negocios, muchos de ellos pequeños y medianos emprendedores quienes, de dicha forma, son desalentados a invertir en actividades que generarían empleo a la población e ingresos tributarios al Estado.
La controvertida suerte de los corruptos en el aparato estatal
Asimismo, a muchos de tales funcionarios y sus secuaces no les falta "trabajo" tras el término de alguna gestión municipal, regional o estatal en general; no por sus estudios académicos o antecedentes profesionales como sería la norma, sino por su habilidad para operar casi impunemente mientras al alcalde, al gobernador o al jefe, gerente o director de empresa u otra entidad estatal, no le falte las varias decenas de miles de soles que se comprometió a entregarle mensualmente producto de sus "habilidades".
Cómo puede evitarse la corrupción
Por todo ello, es muy necesario que regidores municipales y consejeros regionales, incluso cualquier trabajador además de las oficinas de control que dependen de La Contraloría, tengan reales facilidades y la competencia para controlar eficaz y oportunamente el gasto en sus instituciones, casi en la forma como se controla un almacén mediante el kardex; en este caso verificando la generación, el registro y la custodia de la documentación o sustentación de todo egreso de fondos o gasto, y controlando el registro y real existencia o entrada a la institución del servicio o bien contratado (estudio, obra, o adquisiciones de bienes y otros servicios).
También sería importante difundir mejor los efectos de la corrupción en la economía y la sociedad en general, para que todo ciudadano o trabajador esté dispuesto a denunciar los casos que conozca o descubra.
El impacto de la construcción en la corrupción
En ese sentido es necesario conocer, por ejemplo, el proceso para la contratación de obras públicas donde parece ser más notorio el impacto económico de la corrupción, pues, si bien una obra suele ser adjudicada al menor postor, posteriormente dicha contratación se vuelve la más cara u onerosa por las innumerables ampliaciones de obra que nadie parece controlar; respecto a lo cual, los colegios profesionales de ingenieros -capítulos de ings. sanitarios o ings. civiles- y de arquitectos podrían aportar con suficiencia, no una que otra institución no gubernamental que surge como supervisora independiente financiada quizá por alguna empresa contratista o supervisora de la obra en cuestión.
En Loreto, conocer los detalles de por ejemplo la contratación inicial de la obra del mercado Modelo (en las postrimerías de la gestión regional de Robinson Rivadeneyra), la pendiente terminación del Hospital Iquitos, del colegio Rosa Agustina Donayre de Morey o del instituto tecnológico Pedro A. del Águila Hidalgo, podría dar luces al respecto.
El dilema de las obras públicas paralizadas
Es importante saber además cómo terminan las adjudicaciones de obras y otras contrataciones que devienen en controversias entre las entidades gubernamentales y las empresas o personas contratistas, muchas de las cuales duran varios años a pesar de haber existido importantes erogaciones o desembolsos de fondos estatales. Por ahí está también la explicación del cómo y dónde termina gran parte del presupuesto público corroído por la corrupción; teniendo en cuenta que según datos de hasta diciembre de 2023, más de S/. 26.000 millones están comprendidos solamente en 2.300 obras públicas paralizadas en todo el Perú; y en Iquitos, la suspendida carretera a Zúngarococha parece ser un claro ejemplo de ello.
La Contraloría y la Fiscalía más eficientes adaptándose a los tiempos
La Fiscalía o La Contraloría, por su parte, podrían indagar en las redes sociales digitales en las que no todo es falso o Fake news, ya que por ahí es donde últimamente se denuncian o difunden evidentes casos de corrupción y negligencia que podrían servir para iniciar investigaciones que terminen, tal vez, con la detención y sanción de los responsables. De la forma como la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), monitorea ya dichas redes con el fin de identificar quejas de los clientes contra los bancos.
Lecciones no aprendidas de la política y la corrupción
Todo lo expuesto evidencia que no ha amilanado a los políticos y gestores públicos corruptos, que Alan García se suicidara para no ir a prisión por estar supuestamente involucrado en hechos dolosos, que PPK se haya visto obligado a renunciar a la presidencia por hechos igualmente sospechosos, o que a Martín Vizcarra se le destituyera por cosas similares pese a lo auspicioso del inicio de su gestión.
Ni tampoco que en el marco del avance de las investigaciones de la mayor
trama de corrupción de América Latina (Lava Jato), el expresidente Alejandro Toledo esté recluido en
una prisión peruana y seguramente no tarden en estar en situación similar la exalcaldesa de Lima Susana Villarán y la expareja presidencial Ollanta Humala y
Nadine Heredia por, entre otras cosas, sobrevalorar importantes obras y
servicios públicos a cambio de comisiones ilegales.
La incompetencia agrava la corrupción
A todo lo cual cabe añadir aún la incompetencia en la gestión de muchos proyectos de inversión pública, siendo el puente Nanay en Iquitos clara muestra de ello, pues, ¿acaso no era fácil prever que cuando el puente se concluyera no existiría ninguna carretera con la que conectarlo?, porque simplemente no se había iniciado ningún estudio técnico respecto a las carreteras que, desde el puente, llevarán hasta la localidad fronteriza de El Estrecho, según la concepción inicial del proyecto.
Por lo que tras la culminación del puente Nanay habrá que esperar unos cinco años o más, para que realmente cumpla el objetivo por el cual fue concebido, entretanto ya han transcurrido dos años junto a los inevitables efectos del sol y la lluvia.
Crisis y corrupción germinan malos políticos
La situación de insatisfacción generada en gran parte de la población por seguir sin percibir ni gozar los beneficios del crecimiento económico de las últimas décadas mediante el disfrute de colegios, hospitales, puentes, carreteras, entre otras obras públicas ejecutadas en la forma rápida y eficiente del sector privado (como las modernas construcciones del Mall Aventura o de la Universidad Tecnológica ubicadas en la Av. Quiñones), pretenden aprovechar políticamente remanentes terroristas que siguen sin entender lo desfasado de sus ideas (por no haber prevalecido siquiera en la extinta URSS o en Cuba, tampoco en China donde para convertirse en la segunda potencia mundial, se ha adoptado algo de lo que ningún ser humano puede sustraerse por serle intrínseco: la libertad, con un necesario cariz económico), aunque ello implique convulsión social y paralización económica en un país que no puede dejar de seguir creciendo.
Nefasta e irrepetible gestión de Pedro Castillo
Ése fue precisamente el contexto que degeneró en la elección de un improvisado y oportunista profesor de colegio quien, merced al apoyo de la mayoritaria e inconforme población pobre de la Costa, Sierra y Selva peruanas salió elegido presidente de la mano de un partido de izquierda radical cuyo líder, "formado" en la fracasada Cuba comunista, está fugado y/o escondido por su ineficiente y corrupta gestión en el Gobierno Regional de Junín.
Y lo que ya se reveló que hizo Pedro Castillo antes y después del 28 de julio de 2021, junto a su entorno familiar más cercano (esposa, cuñada, sobrinos), sus amigos Juan Silva, Bruno Pacheco, etc., revela lo familiarizada que está lamentablemente la corrupción en el Perú; defraudando finalmente así a dicha población vulnerable, y perjudicando a todo un país con la negligencia y la corrupción que caracterizó su breve y nefasto gobierno.
Se necesitan partidos políticos en el Perú
Todo ello, ante la irrelevancia o inexistencia de partidos políticos bien constituidos, sustentados en los antecedentes y el ejercicio profesional decente y transparente de sus miembros. Siendo muestras de ello el casi desaparecido APRA de Víctor Raúl Haya de la Torre, o la Acción Popular de Fernando Belaúnde Terry; un partido éste último que, aunque sigue vigente, está plagado de jovenzuelos inescrupulosos que parece que no solo sostuvieron la gestión de Castillo a cambio de prebendas, sino que conjuntamente a la mayor cantidad del resto de colegas, no dejan de evidenciar por qué constituyen el peor Congreso de la historia del Perú.
Partidos políticos que, pese a ser financiados por el Estado, siguen siendo "apoyados" económicamente por empresarios o adinerados que esperan luego recuperar su "inversión"; que obtienen además recursos de los miles de candidatos a las municipalidades y el Parlamento, la mayoría de los casos merced a su "hábil" gestión corrupta en alguna entidad gubernamental, o incluso en el narcotráfico, la minería ilegal y otros negocios ilícitos; agrupaciones políticas a las que, actuando en consecuencia, no les suele interesar captar como miembros y/o candidatos a los mejores profesionales o empresarios para que vuelquen toda su experiencia, eficiencia y eficacia en la gestión general del Estado.
Urge proteger al Perú de la corrupción
Consecuentemente, siendo el Perú la casa de todos, resulta muy necesario saber elegir a las autoridades políticas entre los candidatos con probada solvencia moral y éxito profesional; no tercamente a candidatos mafiosos que no pueden demostrar con suficiencia el origen de sus recursos o a ex autoridades que ya evidenciaron lo ineficientes, inescrupulosas y corruptas que son.
Sólo así, la sociedad peruana tendrá la seguridad de que todos los ciudadanos participarán o se beneficiarán más pronto que tarde -o nunca-, del producto de una gestión transparente y eficiente del Estado. En un contexto por lo demás auspicioso de posicionamiento y consolidación del Perú como potencia agroexportadora, como el segundo productor mundial de cobre, o como puerta de entrada y salida a América del Sur -mediante el puerto de Chancay- del comercio de la mayor zona en crecimiento y desarrollo económico del mundo: Asia Pacífico.