Investigación y producción local para el desarrollo regional
Creo que son muy buenos los viajes del Presidente del Gobierno Regional de Loreto (Perú) a países como Japón, Brasil o cualquier otro, si sirven para en mediano o largo plazo concretar inversiones tendientes a generar empleo y desarrollo en la región. Hoy sin embargo es más que nunca necesario progresar gracias no sólo al impulso de otros, sino también merced al esfuerzo local para así generar mecanismos de desarrollo endógeno que tanta falta han hecho y siguen haciendo en la región y el país; por lo que me permito sugerir al GOREL empiece a considerar de manera importante partidas anuales para acciones destinadas a Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+I) que tanto qué hablar da ya en países industrializados, quizá porque cada vez está más demostrado que sólo así se contribuye a encontrar eficazmente mecanismos de crecimiento económico sostenido y sostenible que, dicho en términos más entendibles, significa desarrollarnos de forma permanente sin causar alteraciones ambientales ni sociales.
Sentido en el cual cabe recordar la existencia de diversos estudios técnicos y económicos, entre otros trabajos publicados por entes como el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) hace buena cantidad de años “para la instalación de una fábrica de envases de vidrio”, “para la fabricación de ladrillos de madera a partir de desechos”, “para la producción de enlatados de moluscos amazónicos”, y para “la manufactura de muebles a partir de productos forestales no maderables”, entre otros, a los que se suman las opciones de desarrollar diversos productos a partir del tamshi, el yute, etc. (ver Catálogo de Publicaciones, Centro de Documentación e Información –IIAP-, Iquitos-Perú, agosto 2000 –existirán ediciones más recientes-); y además la necesidad de una más estrecha colaboración entre los centros superiores de estudios y de investigación –UNAP, IIAP, etc.- y el sector empresarial de la región para hacer más aplicables la preparación académica y los resultados de las investigaciones que uno y otro realizan. Sólo a partir del yute países como India vienen generando importante cantidad de divisas gracias a la exportación de telas, alfombras y otros productos que cuentas además con hermosos decorados; lo cual hay que tener en cuenta porque hace décadas, Loreto era importante productor de yute.
Energía limpia para el desarrollo de Loreto
Dada la postergada iniciación de la Hidroeléctrica de Mazán parece que las autoridades de Loreto y el Perú desdeñan la importancia de generar suficiente energía para sustentar el desarrollo presente y futuro de la nación. Datos recientes indican que para lograr satisfacer a los 5.000 millones de personas que en todo el mundo padecen hoy insuficiencia energética, contra los 1.000 millones que incluso la consumen en exceso, se deberá en 30 años doblar la oferta energética mundial; y la energía basada en combustible fósil como es el caso del petróleo, no podrá decir mucho al respecto pues sus reservas están disminuyendo (sólo existe para un período temporal de unos 40 ó 50 años).
Consecuentemente, nos queda únicamente la implantación de un nuevo modelo energético basado en las energías renovables, la edificación energéticamente eficiente, el transporte eléctrico, la captura de CO2 e, incluso, la energía nuclear; y la referida hidroeléctrica encaja muy bien en ello, al basarse tan sólo en la energía generada por la fuerza o corriente del mentado río (Mazán).
¿Aprendiendo a vivir?
Los incidentes ocurridos hace poco entre comunidades indígenas o campesinas (o quienes dicen serlo) y representantes o trabajadores de ciertas empresas petroleras que operan en Loreto, así como los trágicos sucesos que derivaron en la derogatoria de los Decretos Legislativos N.º 1090 y N.º 1064, debería motivar a las autoridades peruanas la necesidad de incrementar labores de educación y diálogo conducentes a hacer entender a las partes involucradas la importancia de una convivencia armoniosa, simbiótica y empática en aras del desarrollo sostenido y sostenible de la región y el país.
No creo que los indígenas y campesinos deseen vivir tal cual estuvieron sus antepasados antes de la llegada hispana a la costa y la sierra, y a la selva antes de la llegada de extranjeros y nacionales durante el apogeo del caucho, ni tampoco como incluso hoy subsisten; de igual forma no imagino que las empresas en cuestión y el mismo Estado quieran desdeñar los beneficios que la explotación responsable de los recursos naturales puede depararles, y que incluso a la población no directamente involucrada en tales roces le interese perder la oportunidad de disfrutar del empleo y desarrollo estable que en base a la explotación concertada y responsable de los recursos existentes en su jurisdicción pueden crearse.
Convendría por ello destacar por ejemplo la existencia de diversas investigaciones sobre los modelos nativos de producción y su conocimiento sobre el ambiente y las prácticas agrícolas, que coinciden en que la organización social y las relaciones sociales de la producción tuvieron en el pasado tanta importancia como el medio ambiente y los cultivos, por lo que “la solución está en un justo y objetivo equilibrio entre ambas tendencias: tomar lo útil del modelo indígena, y reconocer que el desarrollo sustentable amazónico tiene mucho que aprender de este modelo” (La Amazonía sin mitos, Tratado de Cooperación Amazónica, 1994, p. 23); pero ello debe también implicar la consideración de los indígenas y campesinos en la elaboración de las leyes y proyectos que les atañen, así además aprovechar el cierto grado de preparación y/o educación que algunos de sus dirigentes felizmente demuestran ya.
Terrorismo 'nunca más'
Cada vez que la banda terrorista ETA (que desde hace décadas libra un “batalla” con el Estado español en aras de la independencia del País Vasco) comete como hace poco un atentado, tiendo a recordar los días en que residiendo en Lima-Perú iba por la mañana a la universidad con la duda y el temor de no saber si regresaría al anochecer, cuando sus pares peruanos Sendero Luminoso y el MRTA hacían cosas parecidas y casi siempre mucho más graves en dicha ciudad y en gran parte del Perú a inicios de la década del noventa; entonces había hasta temores que cualquier día se produciría la “toma de Lima” dada la situación económica, política y social en la que el actual Presidente nos dejó al finalizar su primer mandato en el año 1990, y por la forma en que la clase política y el sistema judicial actuaban frente al grave problema que ya significaba el terrorismo.
Gracias a Dios tales dudas y temores desaparecieron un par de años después, sobre todo desde que el líder de Sendero Luminoso fue capturado por las autoridades peruanas en el marco de una lucha interna que por los previsibles excesos que parece que tuvo, sigue generando polémicas y suspicacias de toda índole; como que se encarcelaron al parecer a personas que luego se demostró eran inocentes, el no saber las motivaciones económicas políticas y demás que la Comisión de la Verdad y de Reconciliación Nacional tuvo hace más o menos un lustro al emitir su informe final triplicando el número de muertos y desaparecidos respecto a los informes de otras instituciones públicas y privadas, como consecuencia de lo cual el Estado peruano puede enfrentarse a una inusitada y desmesurada solicitud de indemnizaciones por parte de familiares de víctimas civiles y militares de ambos bandos.
Al parecer se sigue ignorando, mezquina y/o hipócritamente, que es a veces necesario jugar el juego sucio de los enemigos del orden para poder hacerles frente; ello ha sido siempre así y quizá lo siga siendo en todo el mundo, pese a que lleva intrínseco la posibilidad de que se cometan algunos excesos. Y qué casualidad que desde el momento en que empezaron a salir en libertad muchos de aquellos encarcelados injustamente por terrorismo a inicios del presente siglo XXI, haya empezado a resurgir la lacra de la lucha armada o terrorista en el Perú después de casi una década de su casi total extirpación, y pese además a la mejoría económica que desde entonces es patente en el Perú.
Artículo publicado también en la Revista "RIOMAR" de Iquitos-Perú.