Los incidentes
de Bagua en Amazonas-Perú
Sucesos en Bagua, Amazonas del Perú. (Photo credit: powless) |
Los indígenas pertenecientes al en extinción Imperio Inca,
recordemos, lucharon contra quienes habían sido hasta hace poco sus
connacionales desde que Inés Huaylas, hermana del último Inca Atahualpa, se casó
con Francisco Pizarro cuando se consumaba la Conquista del Perú. La
Independencia peruana no se gestó en la capital del Virreinato español de
entonces, Lima, sino que fue la continuación de movimientos emancipadores emprendidos desde Argentina por José de San Martín y desde Venezuela por Simón Bolívar.
Los originarios peruanos, además, no fueron considerados de igual a igual por el resto de sus conciudadanos criollos una vez producida la Independencia del Perú en 1821. Y que, visto en perspectiva, hasta puede resultar comprensible la rebeldía de la causa que motivó el surgimiento de grupos terroristas como Sendero Luminoso y el MRTA, dado el desprecio y la postergación a la que indígenas y campesinos fueron históricamente sometidos en el Perú.
Los originarios peruanos, además, no fueron considerados de igual a igual por el resto de sus conciudadanos criollos una vez producida la Independencia del Perú en 1821. Y que, visto en perspectiva, hasta puede resultar comprensible la rebeldía de la causa que motivó el surgimiento de grupos terroristas como Sendero Luminoso y el MRTA, dado el desprecio y la postergación a la que indígenas y campesinos fueron históricamente sometidos en el Perú.
El desarrollo equivocadamente concebido para la sierra y la selva en Perú
El saber aquello quizá ayude a que entendamos mejor cuestiones como, por ejemplo, por qué cuando desde Lima se gestan normas o medidas dirigidas al desarrollo de las provincias del Perú, y muy especialmente de sus regiones de Selva o Sierra, tiende el Estado a generar tantas suspicacias en la población involucrada, problemas sociales e, incluso, a equivocarse.
El saber aquello quizá ayude a que entendamos mejor cuestiones como, por ejemplo, por qué cuando desde Lima se gestan normas o medidas dirigidas al desarrollo de las provincias del Perú, y muy especialmente de sus regiones de Selva o Sierra, tiende el Estado a generar tantas suspicacias en la población involucrada, problemas sociales e, incluso, a equivocarse.
Los sucesos de Bagua en el
departamento de Amazonas en Perú
Los recientes hechos que degeneraron en la derogatoria de los Decretos
Legislativos Nº 1090 y Nº 1064, de incidencia directa e indirecta sobre áreas
pertenecientes ancestralmente a comunidades indígenas y campesinas, es
demostración fehaciente de ello; pues, su promulgación ha revelado, si bien
sutilmente, la manera en que dicha población no es todavía tenida en cuenta
cuando el Estado legisla y/o trata asuntos que le involucra. Parece todavía ignorarse que las mejores leyes se gestan o emiten teniendo en cuenta la opinión y la consideración directa de los más involucrados.
¿Protesta indígena
justificada?
Pero la reacción indígena en Bagua puede también apreciarse como
una especie de protesta hacia dicha actitud histórica por parte de la sociedad y el Estado peruano. Una
reprobación de forma, más que de fondo.
Pues los principales errores
inicialmente atribuidos a tales decretos se subsanaron posteriormente a través
de la Ley Nº 29317 del 13 de enero de 2009, que modificó e incorporó diversos
artículos al DL Nº 1090 o nueva Ley Forestal y de Fauna Silvestre. Concretamente se dispuso no seguir considerando a las plantaciones forestales y a las tierras cuya capacidad de
uso mayor es forestal, en el ámbito agrario sino en el terreno forestal como
hasta entonces sucedía.
Y en el artículo 1º anexo "h" del Reglamento
del DL 1090, se precisaba además que "son
principios orientadores de la actividad forestal y de fauna silvestre, (...) El
respeto de los derechos de los pueblos indígenas y de los sistemas
tradicionales de manejo sostenible de los recursos de flora y fauna
silvestre".
Actitudes con
consecuencias lamentables para el desarrollo
Era por tanto deducible que en el marco de dichas normas, todo se
habría hecho respetando las áreas pertenecientes a las comunidades indígenas y
campesinas, y de acuerdo a la información catastral que para dichos efectos
adoptaría y/o formularía el Ministerio de Agricultura en coordinación con las
entidades competentes, conforme también se establecía en la aludida Ley Nº
29317, artículo 10.
Ahora
sólo me temo que el tiempo confirme que todo fue simplemente una protesta de
forma alentada, eso sí, por grupos nacionales y extranjeros alentadores de
mecanismos a sus ojos “adecuados” de
desarrollo amazónico, pero que una vez más ha derribado las reglas de juego en
el ámbito forestal, maderero e incluso agrícola del Perú. Manteniéndose, así,
invariable la costumbre de cambiar constantemente las instituciones peruanas, con los intrínsecos inconvenientes -fundamentalmente económicos- que ello conlleva.
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