sábado, 15 de agosto de 2009

Partido Popular (PP) y PSOE: la eterna lid que ni la crisis económica evita

Mariano Rajoy en un mitín en Cataluña
Mariano Rajoy, líder del Partido Popular, en un mitín en Cataluña (Photo credit: Wikipedia)
La política en España y otros países del primer mundo es, en general, mejor que en el Perú y otros países en vías de desarrollo, era lo que me habían inculcado desde pequeño y lo que creía por tanto antes de venir a Alicante, una ciudad del Mediterráneo español, capital de una de las tres provincias de la Comunidad Valenciana.

¡Qué equivocado estaba!, pues lo contrario es lo que percibo residiendo en dicha ciudad, no sé si por la gravedad de la crisis económica  actual, o por simple continuación de la costumbre que sería también intrínseca a la sociedad española. En donde los políticos de oposición no hacen siempre críticas constructivas al gobierno que no integran, o no reconocen igualmente sus logros y aciertos con hidalguía.

Mariano Rajoy como líder del Partido Popular (PP) y la oposición

No recuerdo y/o conozco el proceder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) cuando era oposición, pero puedo recordar que al actual líder del PP, don Mariano Rajoy, le consideraba un político modelo al escucharle en la TV y leer sus entrevistas mientras era ministro de Gobierno del entonces presidente José María Aznar allá por el año 2000. Hoy estando en la oposición, sin embargo, le veo protagonizar escenas que me suelen traer a la memoria episodios políticos que eran comunes entre el partido gobernante y los de la oposición en mi Perú natal.

La economía española y la crisis global

Lo cual, luego de ver las quiebras de grandes y pequeñas empresas y entidades bancarias, aseguradoras y financieras en Europa, Estados Unidos de América y el resto del mundo, mientras que en España no se producen casos similares (exceptuando lo de Caja de Castilla la Mancha, al parecer más por motivos políticos que económicos), me resulta incomprensible, injusto y hasta contradictorio.

Desde el Partido Popular se insiste además en lo mal que andaban las cosas en España desde mucho antes que empezara la actual crisis mundial, ignorándose –entre otras cosas- la trascendencia del sector de la construcción en la estructura económica y productiva española y, por tanto, su alcance en la misma en situaciones de crisis como la actual. Y todo en momentos en los que empresas españolas como el Banco Santander, se permiten incluso adquirir nuevas entidades financieras fuera de territorio hispano.

El déficit fiscal como tema de debate

Hasta hace poco se criticaba por lo demás con vehemencia el creciente endeudamiento y déficit fiscal español, junto a todas las medidas gubernamentales dirigidas a hacer frente la situación apremiante, tildándolas de inútiles y/o mal elaboradas.

Y como contradiciendo tal posición, reprueban estos días el importe de la ayuda que a aquellos parados que agotaron su subvención de desempleo, dará el Gobierno por un plazo de seis meses. Al cual ven como insuficiente y que por tanto debería ser mayor; estando de este modo ahora sí de acuerdo con el aumento del déficit fiscal o el endeudamiento español, al ser esa la vía más factible de financiar aquella y otras ayudas sociales en momentos de dificultades económicas como los actuales.

Consideración final

Habría mucho más que decir al respecto: el caso Gürtel, la manera en que se enfocó el problema terrorista en las épocas previas a las Elecciones Generales de marzo de 2008, etc. Pero terminaré esgrimiendo que, de acuerdo a lo descrito, la clase política suele ser la misma aquí o allá, en Chile o en China, de acuerdo a la condición universal de la especie humana.
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domingo, 9 de agosto de 2009

Alan García y el crecimiento de las “otras” iglesias en el Perú

Alan García.

Que el Presidente del Perú, Alan García Pérez, haya asistido a una ceremonia por las recientes Fiestas Patrias en una de las sedes de la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera del país, ha hecho que divague en torno a los motivos del creciente aumento de feligreses en iglesias no católicas, y en los que vienen empujando a él a hacerlo desde hace un par de años.

En ese afán he primero recordado lo bien que me lo pasé cuando asistí un par de ocasiones a las que habitualmente se celebran en las sedes de Pueblo Libre y Surco en Lima, correspondiendo a una invitación de un amigo perteneciente a dicha congregación, tal vez simple y llanamente por el carácter ameno en que son llevadas a cabo de principio a fin, o por la forma tan espectacular y alegre en que son entonadas las canciones que las suelen acompañar.

Algo que por otra parte extrañaba en muchas de las iglesias católicas a las que frecuentaba tanto en Lima como en Iquitos, y ahora en la mayoría que suelo visitar en España y en especial en Alicante casi todos los domingos; en donde son, en efecto, escasas las que se esmeran en preparar coros y músicos que den entusiasmo y júbilo a sus celebraciones religiosas o misas, y lo que quizá explique en parte las migraciones masivas de feligreses hacia credos evangélicos y demás en las últimas décadas.

Y volviendo a las motivaciones del actual presidente peruano de asistir a ellas, aparte de las razones descritas, puedo esgrimir que quizá se trate sólo de simples cálculos políticos. ¿Acaso olvidan los peruanos lo determinante que resultó el apoyo de los evangélicos para el triunfo de Alberto Fujimori en el año 1990?