Michael Jackson. |
Como habrá ocurrido en muchos países, el día en que en España se supo de la muerte de Michael Jackson, varios de los canales musicales de señal abierta pero sobre todo los de cable o pago, dedicaron parte importante de su programación a difundir muchos de los vídeos musicales de la estrella musical que aquel día se volvió una enana marrón (una especie de estrella muerta, en la jerga astronómica). Por lo que fuimos muchos los que nos deleitamos recordando a la vez emocionados, partes importantes de nuestras vidas en las que muchas de sus canciones nos acompañaron, inspiraron y seguramente ilusionaron.
Pero desde aquel día y ya en menor medida en estos posteriores a la ceremonia de su sepelio, los noticieros de todo el mundo nos siguen saturando con los pormenores de su fallecimiento –negligencia médica, sobredosis de medicamentos y hasta homicidio- y con los detalles de la posible repartición de su herencia. Respecto a lo primero, ojalá que las autoridades estadounidenses logren pronto aclararlo y así menguar un poco la angustia que debe aún estar sufriendo su familia; y en cuanto a lo segundo, creo que poco o nada debe ello importar al resto de los mortales.
Jackson no fue evidentemente un ser humano perfecto; nadie lo es. Aunque éstos días me he además preguntado hasta qué punto la forma en que nuestros padres nos educan y/o tratan siendo niños determina la manera en que nos desenvolveremos siendo mayores; con lo cual no intento justificar lo que pueda haber realizado con algunos niños sino simplemente resaltar lo dicho, considerando que algunas personas en su funeral –como el reverendo que le recordó ante todos- no saludaron y mucho menos dieron las condolencias al padre de Jackson.
Es sin embargo intrigante que estos días hayamos también escuchado y/o leído en las noticias que toda la historia por la que le vimos esposado y enjuiciado, haya sido originada por el deseo desmesurado del padre del niño involucrado de disponer de grandes sumas de dinero de manera fácil y rápida.
Jackson no fue evidentemente un ser humano perfecto; nadie lo es. Aunque éstos días me he además preguntado hasta qué punto la forma en que nuestros padres nos educan y/o tratan siendo niños determina la manera en que nos desenvolveremos siendo mayores; con lo cual no intento justificar lo que pueda haber realizado con algunos niños sino simplemente resaltar lo dicho, considerando que algunas personas en su funeral –como el reverendo que le recordó ante todos- no saludaron y mucho menos dieron las condolencias al padre de Jackson.
Es sin embargo intrigante que estos días hayamos también escuchado y/o leído en las noticias que toda la historia por la que le vimos esposado y enjuiciado, haya sido originada por el deseo desmesurado del padre del niño involucrado de disponer de grandes sumas de dinero de manera fácil y rápida.
Permítanme finalmente intentar trasmitir la emoción que sentí estos días al recordar una escena de uno de sus conciertos que, si mal no recuerdo, se llevó a cabo en una ciudad de Alemania en el que expresada sus deseos de paz y por tanto su repudio a las guerras sacando al escenario un tanque de combate. Qué espectaculares eran por cierto sus conciertos y de qué por tanto nos hemos perdido al no tenerle ya entre nosotros. Felizmente parece que sacarán a la venta un DVD con los ensayos que para su reaparición en Londres estuvo realizando antes de fallecer.
No habré sido además el único que empezó a disfrutar música pop acompañada de un instrumento que tanto me gusta, el violín, conforme se desprende de una de sus canciones que hasta en dos encuestas resultó en éstos aciagos días la preferida del público: Billie Jean, hermosa conjunción que felizmente podremos seguir disfrutando.
Y destacar finalmente que fue también evidente en varias de sus canciones su repudio a los actuales métodos desarrollistas atentatorios contra el medio natural, además de su deseo de apoyar a los niños menos favorecidos del planeta. En consonancia con lo cual, fue en vida el artista que más dinero donó para acciones en favor de los más necesitados.
No habré sido además el único que empezó a disfrutar música pop acompañada de un instrumento que tanto me gusta, el violín, conforme se desprende de una de sus canciones que hasta en dos encuestas resultó en éstos aciagos días la preferida del público: Billie Jean, hermosa conjunción que felizmente podremos seguir disfrutando.
Y destacar finalmente que fue también evidente en varias de sus canciones su repudio a los actuales métodos desarrollistas atentatorios contra el medio natural, además de su deseo de apoyar a los niños menos favorecidos del planeta. En consonancia con lo cual, fue en vida el artista que más dinero donó para acciones en favor de los más necesitados.
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